Impunidad S.A. by Pedro Morillas

Impunidad S.A. by Pedro Morillas

autor:Pedro Morillas [Morillas, Pedro]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Saxo Yopublico
publicado: 2018-06-07T05:00:00+00:00


OTRA VEZ A INDECOPI

En la primavera de 1996 Morillas decidió contratar los servicios de asesoría de la prestigiosa empresa consul-tora Prisma. La empresa necesitaba reforzar su equipo de control de crisis y reducir su personal drásticamente de 300 trabajadores a 140. Por otro lado, las ventas al crédito quedaron anuladas, con lo que se disolvió Modisa, y sus activos y pasivos fueron absorbidos por Carrocerías Morillas –al fin y al cabo, para los bancos Morillas y Modisa eran una sola empresa–.

En enero de 1997 se realizó una reunión entre los ejecutivos de Morillas y Ramiro Moreno, el gerente general del Banco Dueño De Todo (DDT de ahora en adelante) y Werner Barton, gerente de crédito corporativo. Ambos personajes querían saber qué es lo que hacía la empresa para salir del abismo. En un momento dado, Barton señaló que le sorprendía cómo Morillas, pese a todos sus problemas, se manejaba de manera serena. “Pueden estar seguros de que se podrá caer el mundo pero nosotros jamás dejaremos de pagarles un solo centavo”, fue la respuesta de los ejecutivos norteños.

Por esos mismos días se dictó un fallo que beneficiaba a Morillas, contra SUNAT y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) por el abuso del impuesto mínimo a la renta: fue declarado inconstitucional. La empresa, entonces, solicitó que se le devolviera todos los importes pagados –incluso aquellos impuestos cobrados de más a Modisa–, pero fue en vano. El Estado dilató el cumplimiento del fallo por años y luego lo archivó definitivamente.

Otra habría sido la historia de haberse hecho justicia. En esos instantes el Grupo enfrentaba una deuda con SUNAT de 1.6 millones de dólares. La empresa no pudo cumplir con los requisitos exigidos por el programa de fraccionamiento y no se recalendarizó la deuda. SUNAT, para cobrar, llegó a solicitar embargos. Ante esto, a Morillas no le quedó otra opción que buscar protección a través del sistema gubernamental diseñado para empresas en crisis: el Programa de Reestructuración Patrimonial. Varios bancos serían los principales acreedores: eso significaba que ellos serían los que tomarían las decisiones y no la empresa. Morillas, naturalmente, tenía la potestad de desarrollar su plan de reestructuración y presentarlo a los acreedores como base de negociación. Nadie mejor que la misma compañía afectada para saber lo que necesitaba.

Sin embargo los acreedores, liderados por el DDT, desestimaron el plan y solos, y en secreto, prepararon un plan que curiosamente solo llegamos a conocer varios años después.

Para ingresar al sistema de protección, Indecopi debía declarar insolvente a Morillas, proceso que se realizó el 5 de mayo de 1997. De inmediato se convocó a una junta general de acreedores.

Las negociaciones con los bancos se deterioraron aún más pues se negaron a aceptar una tasa de interés de 0% anual por un tiempo determinado. Esto no era una solicitud inverosímil: la información le había sido dada a Pedro Morillas por José Sevilla Segura, un viejo amigo español que había sido secretario de Hacienda del primer gobierno de Felipe Gonzáles, lo que en el Perú equivale a ser el ministro de Economía: por tanto sabía lo que hablaba.



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